El primer mes es más intenso y menos romántico de lo que imaginaste: sueño fragmentado, inseguridades, cambios físicos y una lluvia de consejos no pedidos. Muchos errores frecuentes vienen de la inexperiencia y del miedo —no de la mala intención— y casi siempre tienen soluciones sencillas y prácticas.
A continuación repasamos los errores que más se repiten en el primer mes y la lógica detrás de ellos, para poder corregirlos sin culpa.
Es normal pensar que más abrigo protege, pero abrigar en exceso puede alterar la regulación térmica del recién nacido; basta con una capa extra si la casa está fresca y ropa de algodón que respire.
El baño diario no es imprescindible en las primeras semanas; el manto graso protege la piel y baños cada 2–3 días suelen ser suficientes mientras mantengas higiene de pañal y pliegues.
Intentar imponer horarios rígidos desde el día uno suele generar estrés y problemas de lactancia; la alimentación a demanda ayuda a regular la producción de leche y la saciedad del bebé.
Prendas con costuras ásperas, fibras sintéticas o etiquetas grandes irritan la piel sensible; elegir tejidos de calidad y diseño pensado para recién nacidos reduce molestias y facilita las tomas.
La piel del recién nacido es delgada y fácil de irritar; la elección del ajuar impacta en el confort y en problemas como la dermatitis del pañal y las rozaduras.
Muchos consejos populares sobre la lactancia fomentan errores: cambiar de pecho antes de tiempo, medir cada toma por tiempo o creer que una extracción insuficiente indica baja producción.
El manejo del sueño en el primer mes suele generar ansiedad: mezclar rutinas, buscar silencio absoluto o forzar el colecho son derivaciones habituales del miedo a no hacerlo “bien”.
Hay una línea fina entre estar preparado y acumular prendas que no vas a usar. Aquí una comparativa clara para simplificar decisiones.
| Indispensable | Prescindible |
|---|---|
| Bodies de algodón (4–6) | Trajes elaborados o muchas prendas de talle único |
| Peleles/enteritos cómodos (6–8) | Muchos accesorios como gorritos decorativos |
| Toallas con capucha y paños suaves | Suavizantes aromáticos y detergentes agresivos |
| Mantas livianas y arrullos (2–3) | Edredones pesados o acolchados |
| Ropa hipoalergénica si hay piel sensible | Ropa con muchas aplicaciones o bordados internos |
Aquí tenés una guía accionable para usar en casa desde el primer día.
Con 4–6 bodies y 6–8 enteritos es suficiente para el primer mes si hacés lavado regular.
El algodón (mejor si es orgánico o peinado) es preferible por su transpirabilidad; las fibras sintéticas pueden irritar pieles sensibles.
Dos o tres veces por semana suele ser suficiente durante las primeras semanas; higiene local diaria en genitales y pliegues es clave.
Revisá que no haya marcas rojas después del uso, que las costuras no rozan y que el bebé no se inquieta cada vez que lo vestís.
Usá limpiadores suaves, evitá el uso de perfume y consultá al pediatra; en muchos casos, cremas hipoalergénicas prescritas son la solución.
Si la erupción es extensa, produce sangrado, fiebre o el bebé está muy incómodo, buscá atención médica de inmediato.
No es obligatorio; muchas familias encuentran más práctico comprar talles 0–3 meses que duran más tiempo y evitan prendas que quedan demasiado pequeñas.
En Wag diseñamos prendas de tejidos de calidad y corte práctico, con opciones en algodón suave e hipoalergénicas ideales para pieles sensibles. Conocé nuestra línea de ajuar y arrancá el primer mes con menos preocupaciones y más confort para tu bebé.
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