Uno de los errores más frecuentes durante las primeras semanas es el agarre inadecuado del bebé al pecho, lo cual puede provocar dolor, grietas en los pezones y una alimentación insuficiente. El bebé debe tomar una buena porción de la areola, no solo el pezón, para asegurar una succión efectiva y evitar lesiones.
Solución: Ajustar la posición, usar técnicas de masaje y extracción manual antes de amamantar para facilitar el agarre, y consultar a un especialista en lactancia para corregir la postura.
Esperar demasiado tiempo entre tomas puede generar ingurgitación mamaria y dificultar el vaciado del pecho, lo que a su vez provoca molestias y disminución de la producción de leche.
Solución: Amamantar a demanda, es decir, ofrecer el pecho cada vez que el bebé lo solicite, para mantener un buen vaciado del pecho y regular la producción de leche materna.
La introducción temprana de biberón o chupete puede interferir con la succión natural del bebé y con la producción de leche, además de provocar confusión del pezón.
Solución: Evitar el uso de chupetes y biberones durante las primeras 3 o 4 semanas para favorecer un correcto establecimiento de la lactancia materna.
Limpiar demasiado frecuentemente el pecho o usar jabones agresivos puede resecar y dañar la piel sensible del pezón, facilitando la aparición de grietas o irritaciones.
Solución: Limpiar el área con agua tibia y secar al aire, evitar cremas excesivas y permitir que el pezón respire para ayudar a la curación.
Preocuparse por la cantidad de leche sin observar signos claros puede llevar a complementaciones innecesarias y abandono temprano de la lactancia.
Solución: Contar pañales mojados y sucios es un indicador confiable; el bebé debería tener entre 6 y 8 pañales mojados diarios a partir del sexto día de vida para asegurar una ingesta adecuada.
La subida de la leche puede producir inflamación y dolor por acumulación de leche, sobre todo si las tomas son pocas o ineficaces.
Solución: Amamantar frecuentemente para vaciar el pecho, utilizar compresas calientes y frías, masajes suaves y, en caso necesario, extracción manual con técnica Marmet para aliviar la presión.
Frecuentemente causadas por mal agarre o posiciones inadecuadas, pueden generar dolor intenso y riesgos de infección.
Solución: Corregir el agarre, evitar cremas en exceso y usar protectores o conchas aireadas que permiten la oxigenación del pezón, facilitando la cicatrización.
Puede dificultar la alimentación porque el bebé se atraganta con el flujo rápido de leche, generando frustración y mal agarre.
Solución: Ofrecer primero el pecho con producción menor y, si es necesario, extraer un poco de leche antes de amamantar para regular el flujo.
En algunos casos, la producción puede ser baja por alimentación espaciada o estrés, lo que preocupa a la madre.
Solución: Aumentar la frecuencia de las tomas sin horarios estrictos, favorecer el contacto piel con piel y evitar suplementar con fórmulas a menos que sea necesario.
| Dificultad | Solución principal | Consejos adicionales |
|---|---|---|
| Mal agarre | Revisar y corregir posición y agarre del bebé al pecho | Consulta con especialista en lactancia; masaje y extracción previa |
| Ingurgitación mamaria | Amamantar frecuente y vaciar completamente el pecho | Compresas calientes/frías; masaje suave; extracción manual |
| Grietas en pezones | Corregir agarre y permitir secado al aire | Usar escudos protectores aireados; evitar cremas en exceso |
| Hiperlactación | Extraer un poco de leche antes de dar el pecho | Ofrecer primero el pecho con menos producción |
| Producción insuficiente de leche | Aumentar frecuencia de tomas y evitar horarios rígidos | Contacto piel con piel; evitar suplementación precoz |
El indicador más confiable es la cantidad de pañales mojados, que debe ser de 6 a 8 diarios a partir del sexto día de vida.
El dolor puede ser por mal agarre; intenta corregir la posición del bebé y consulta a un profesional en lactancia para asesoramiento.
Sí, es común la ingurgitación mamaria en la subida de leche; aliviar con masajes, compresas y amamantar frecuentemente ayuda a aliviarla.
Se recomienda evitarlo hasta las 3 o 4 semanas para no interferir con la adaptación a la succión del pecho.
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Intenta diferentes posiciones para amamantar, ofrece el pecho con paciencia y confort, y si persiste la dificultad, consulta con expertos.
Sí, el contacto piel con piel ayuda a regular al bebé, mejora el agarre y promueve la producción adecuada de leche materna.
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